Secretos de Tierra
OnSECRETOS DE TIERRA Familia Panduro + Elvira Smeke
El siglo XIX fue un periodo de renovación formal para la producción artística popular de México. Especial aprecio merece el trabajo en barro que, dentro del espectro de técnicas que se practicaban en dicha época, alcanzó un uso particularmente rico y variado. Para introducirnos de lleno en este noble material conviene hablar de la familia Panduro, que ocupa un lugar destacado en la elaboración de barro y artesanía. Esta dinastía de artistas inició una historia de creaciones con el nacimiento de Pantaleón en 1847, quien abrió un campo de exploración en una época de innovación y experimentación manual. Sus hijos Timoteo y Ponciano fueron los responsables de difundir esta tradición a las siguientes generaciones.
Gracias al influjo cultural del neoclasicismo, que aún extendía su dogma en el México de finales del siglo XIX, y mediante los recursos tradicionales del barro cocido y la visión del Jalisco rural, los Panduro definieron un nuevo tipo de producción artesanal. El modelado de sus bustos y figuras se alinearon con el canon cultural ejercido por las academias, solo que ahora incluían el imaginario festivo y delirante de Tlaquepaque. El resultado es un híbrido en el que se combinan reglas de representación de corte europeo con raíces genuinamente populares. Sin duda, la familia Panduro tiene mucho que ver con el prestigio actual en la tradición manual mexicana al haber impulsado el moldeado en barro y cerámica en el occidente de México.
En el campo de la producción del México contemporáneo, sobresale el trabajo de creadores como Elvira Smeke, figura clave que utiliza el barro como uno de sus materiales predilectos en el que aplica diversas técnicas y recursos formales. A través de la escultura, la pintura, el dibujo, el bordado, la fotografía, el performance y el video, Smeke crea con gran rigor sus obras y sus ideas. Usando con frecuencia distintos tipos de pastas y barro, sus piezas están cargadas de fuerza simbólica a partir del propio significado que se desprende de estos materiales. Flexibilidad y dureza son características contradictorias que Smeke aborda con agilidad conceptual, procurando siempre que dichos atributos estén presentes en sus esculturas.
La conexión de esta artista con los Panduro no se limita a los materiales, lo que puede confirmarse en las fotografías que, a través de la investigación que realizó del recetario que heredó de su abuela, documentan la tradición culinaria de su familia paterna. Por medio de representaciones documentales que muestran cada uno de los platillos tradicionales que se servían en su casa –formas visuales que revelan parcialmente estos secretos químicos–, Smeke comparte y oculta la información de los sabores y los productos, para con ello hacer una crítica a la figura de la mujer y su lugar dentro de la estructura doméstica. Lo interesante es que muchas de sus obras hacen referencia a los ámbitos y espacios privados de un hogar. Estas características del entorno íntimo de una casa y una familia están también presentes en la obra de los Panduro. En el mismo tenor, las pinturas en papel de Elvira reconstruyen de memoria sus lugares de infancia.
Smeke y los artesanos Panduro no solo comparten su interés por el barro y la tierra –elementos presentes en la conceptualización de un paisaje geográfico–, sino, además, retratan con profundidad la visión oculta y las costumbres de un ambiente cultural. Sus producciones son radiografías secretas de un contexto cargado de historia y tensión comunitaria, de tal manera que resignifican el universo en los que habita una familia concreta.
Patrick Charpenel
Noviembre, 2021